La tilde diacrítica:
La
tilde diacrítica es aquella tilde (
´) que se emplea al margen de las reglas generales de acentuación de nuestra lengua para poder diferenciar en la escritura palabras de igual forma, pero que tienen distinto significado en las que, necesariamente,
una de ellas es tónica (tiene una sílaba donde cae el golpe de voz)
y la otra, átona (no tiene ninguna sílaba donde caiga el golpe de voz) y también suelen distinguirse entre ellas porque pertenecen a categorías gramaticales distintas.
Esta tilde se emplea en un limitado número de palabras de
uso frecuente para así poder distinguir de una manera gráfica y rápida las palabras tónicas que son de forma idéntica a las átonas. La mayoría de palabras con este tipo de tilde son monosílabas (hecho lógico debido a que la mayoría de palabras de pronunciación átona lo son) y solo unas pocas polisílabas, en su mayoría con carácter interrogativo y exclamativo.
La función de esta tilde no es la de señalar la sílaba tónica de una palabra (a esto se le conoce como
función prosódica), sino la de indicar que
la palabra que la lleva es tónica y no debe confundirse con otra de escritura idéntica, pero de pronunciación átona (a esto se le conoce como
función diacrítica). Es por esto que se exime de las reglas generales de acentuación y hay acentos gráficos donde se supone que no puede haberlos según estas, pero no por ello es incorrecto.
Como ya se ha mencionado, solo aquellas palabras de un uso frecuente llevan este tipo de tilde, por lo que hay casos donde coinciden una forma tónica con una forma átona idéntica y, sin embargo, esta función no se aplica. Por ejemplo, la palabra
don cuando se refiere a que en algo se es muy habilidoso «por naturaleza», es de forma tónica y, a su vez,
don cuando hace referencia al tratamiento de cortesía, tiene un valor átono, el golpe de voz no recae sobre dicha palabra. Esto también ocurre con palabras polisílabas, pero que por tradición no se les ha puesto este signo. Por tanto, el que esta excepción a la regla no tenga unos límites bien definidos y dependa exclusivamente de todos los hablantes y a nuestra concepción de cuáles son frecuentes y cuáles no,
lo mejor que se puede hacer es aprenderse de memoria la lista de todos los casos y saber que no es una regla hermética, porque de ser así, englobaría a todas las palabras gráficamente iguales pero con valor tónico y átono. A lo largo del tiempo esta lista de palabras con dicha tilde ha venido cambiando, por lo que el día de mañana puede que haya más palabras o menos incluidas en ella. Es susceptible al cambio, es inevitable.
Hay que tener cuidado con algo aquí. Existen palabras de distinto significado que coinciden gráficamente con otras y su tonicidad también, como por ejemplo
sal del verbo
salir y el sustantivo
sal. Por lo tanto, siguiendo las reglas generales de acentuación,
no deben acentuarse gráficamente, y no hay motivo alguno para que sean candidatas a llevar tilde diacrítica, su tonicidad es la misma en todos los casos.
La tilde diacrítica en los pronombres demostrativos, en el adverbio solo y en la conjunción o:
Existen dos casos en la acentuación gráfica que se han venido asociando a la tilde diacrítica, y uno de ellos es el de la oposición de los pronombres demostrativos (este/a, ese/a, aquel/aquella) a sus correspondientes determinantes demostrativos; y el que distinguía el adverbio solo del adjetivo solo. Lo que ocurre con todas estas voces es que siempre son tónicas, por lo que al no haber ninguna forma átona, carece de sentido el uso diacrítico. No obstante, desde el 1959, se optó por que solo en casos de posible ambigüedad se usase el acento gráfico para distinguirlas de una manera más rápida. Desde hace unos pocos años, esto ya no es así, en la mayoría de los casos no hay grandes equívocos debido a que se suelen resolver por el contexto, y el uso de la tilde gráfica en este tipo de palabras es incorrecto. Solo que se sigue haciendo así por hábito de una gran parte de la población, hay que esperar en un lento proceso a que se extinga por completo.
Por otra parte tenemos a la conjunción o, en la que era recomendable al estar entre dos cifras ponerle un acento gráfico para que no se pudiera confundir con el cero. Este uso diacrítico no tenía una justificación prosódica debido a que siempre es átona como conjunción, meramente era una justificación gráfica para evitar equívocos que, a día de hoy, dichos argumentos no son válidos debido a que se puede distinguir la conjunción o del 0 sin mucha dificultad, sobre todo gracias al ordenador.