
Negua
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El iPhone X, sí, ese que ocupa todas las portadas, que sale en vallas publicitarias, que la gente se pega por él como si lo regalaran... hay gente a la que no le vuelve loca. Parece que el iPhone X o lo amas o lo odias (desde un punto de vista dramático, no como si hubiera asesinado a tus padres).
Yo elegí no comprármelo y mis razones tenía. Otros lo hicieron y supongo que tras su uso estas semanas han descubierto ciertas cosillas que no les gustan nada y que Apple debería mejorar en la siguiente edición.
El precio
Sí, voy a empezar con un clásico. Más de mil euros. Ya sé que no es el primer móvil de ese precio ni será el último en superar esa cifra mítica, pero es que me parece demasiado. Está claro que el valor de las cosas es subjetivo y depende de la ley de la oferta y la demanda y a juzgar por esto, a muchas personas parece no molestarles.
Es demasiado resbaladizo
Si no usas funda, la integridad de tu iPhone X corre serio peligro: Su precioso acabado en vidrio lo convierte en una auténtica maravilla estética, pero a la hora de sujetarlo, sobre todo con una mano, se convierte en algo muy complicado.
Baja resistencia a los arañazos
A los problemas que prácticamente todos los usuarios tiene para evitar que su iPhone X se resbale de sus manos, hay que sumarle la poca resistencia que tiene el chasis del nuevo terminal de Apple a los temidos arañazos.
Face ID es peor que el Touch ID

Una de las grandes novedades que Apple presentó en el nuevo iPhone X fue el Face ID, que no es otra cosa que un reconocimiento facial, que sustituye al Touch ID que desaparece principalmente al desaparecer también el botón de inicio.
Desbloquear el dispositivo con el Face ID es una tarea sencilla y rápida, pero no todo se ha vuelto más fácil y sencillo. Por ejemplo resulta engorroso autorizar las transacciones de Apple Pay o confirmar las descargas desde la App Store.
A esto hay que añadirle que ni es tan rápido y aunque Apple se empeñe en decirnos que es más preciso que el Touch ID, la verdad es que quien más quien menos ha tenido problemas de reconocimiento.
El difícil acceso al Centro de control
El Centro de control se encontraba hasta ahora en la parte inferior de las pantallas de nuestros iPhone, valía con deslizar hacia arriba para verlo y poder comenzar a operar. Sin embargo con la llegada del iPhone X, Apple decidió colocarlo en la esquina superior derecha, un sitio donde es francamente difícil llegar sobre todo si estamos utilizando el iPhone con una sola mano y si no tenemos las manos demasiado grandes.
Pocas opciones en la barra de estado
Una de las cosas con las que más usuarios están descontentos es la barra de estado del iPhone X y es que por ejemplo no existe forma humana de habilitar la posibilidad para que se muestre el porcentaje restante de batería, algo que si se podía hacer en otros iPhone. Además tampoco podemos cambiar o modificar ninguno de los datos que se muestran.
Cerrar aplicaciones en el iPhone X es torpe
Muchas cosas han cambiado con la llegada del iPhone X al mercado y una de ellas es la forma de “matar” las aplicaciones. Hasta ahora era una de las cosas más simples que podíamos realizar, pero ahora la forma tradicional de eliminar aplicaciones no funciona en el nuevo iPhone.
No hay un modo oscuro
La pantalla OLED que monta el iPhone X, es mucho más eficiente cuando muestra imágenes oscuras. Esto se debe a que este tipo de pantallas tienen la capacidad de iluminar cada píxel de forma individual y los píxeles negros no necesitan encenderse. Esto como ya hemos dicho permiten una mayor eficiencia de pantalla y además un ahorro considerable de batería.
Sin embargo todavía podríamos alargar más la duración de la batería con un modo oscuro, que por desgracia no existe en el iPhone X.
¿Qué es lo que no te gusta del iPhone X?