¿Es bueno cerrar las aplicaciones en segundo plano en Android?

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Cuando el móvil empieza a ir un poquito más lento de la cuenta, no son pocos los usuarios que corren a abrir la multitarea y cerrar aplicaciones en segundo plano. Sobre si es beneficioso o no cerrarlas, sobre si ahorra o no batería, hay un debate abierto en el que es complicado llegar a una acuerdo. Así pues, vamos a intentar arrojar algo de luz en ambas posturas.

Vamos a repasar las ventajas e inconvenientes de cerrar aplicaciones en segundo plano. Conoceremos un poquito mejor cómo funciona la gestión de la memoria RAM en Android y veremos que, a pesar de que la lógica nos diga que cuanta más memoria libre haya mejor, no siempre tiene por qué ser así.


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Así funciona la gestión de RAM en Android
La memoria RAM tiende a estar lo más llena posible por el propio funcionamiento de Android.
La RAM, siglas de memoria de acceso aleatorio, es un almacenamiento muy rápido que se "reinicia" cuando el teléfono se apaga. Su fin es almacenar información temporal de acceso frecuente con el objetivo de que el usuario no tenga que cargarla al volver a abrirla. En el caso que nos ocupa hablamos de aplicaciones. La idea de la RAM es que si abres WhatsApp y la cierras pulsando el botón Home, la app no tenga que volver a cargarse por completo, sino que esté corriendo en segundo plano para estar preparada si la vuelves a necesitar.

En ese sentido, Android gestiona la RAM a su manera. El sistema operativo de Google está pensado para llenar toda la memoria RAM posible con procesos(que no necesariamente aplicaciones). Así es como Android consigue que, incluso teniendo una app en segundo plano, recibas notificaciones, por ejemplo.

Android prefiere mantener la memoria RAM lo más llena posible puesto que tenerla vacía es sinónimo de desaprovechar recursos
Al abrir una aplicación pesada como podría ser Facebook, que requiere una abundante cantidad de memoria RAM, Android cierra automáticamente los procesos con baja prioridad. De esa forma se mantiene un equilibrio entre procesos en segundo plano y aplicaciones en uso. Ahora bien, dependerá de la versión del sistema operativo que uses que esta gestión sea más o menos eficiente.

Ventajas: mantener a raya las apps más "tragonas"

Cuando cierras aplicaciones en segundo plano, la memoria RAM se vuelve a llenar con otros procesos porque Android entiende que tener la memoria RAM vacía es una pérdida de recursos. Ahora bien, es posible que tengas una aplicación glotona en segundo plano, como podría ser Facebook o una app con algún bug extraño, por lo que cerrarla puede ayudar a mejorar ese consumo, al menos de manera temporal.

Eso nos lleva a la segunda parte, y es el ahorro de datos móviles. Si tenemos una aplicación en segundo plano que está accediendo constantemente a los datos, es posible que veamos un consumo más elevado de la cuenta. Puede pasar, por ejemplo, con Spotify si la tienes configurada para descargar canciones en segundo plano con los datos.

Cerrar aplicaciones en segundo plano tiene sentido si lo hacemos con apps pesadas o glotonas
También hay juegos que abusan de este sistema. No son pocos los títulos que mantienen un proceso en segundo para mandar notificaciones push tipo "¡Vuelve a jugar!" o "¡Nuevo evento de la comunidad!". Si no te interesan, puedes matar el proceso para evitar un consumo innecesario pero, insistimos, es de forma temporal.

Inconvenientes: cerrar las apps abiertas no hará que tu móvil vaya más rápido

La desventaja puede intuirse de las propias ventajas. Cuando cierras una aplicación que sueles usar a menudo, digamos Instagram, y la vuelves a abrir, estás forzando al sistema a recargar de nuevo la aplicación por completo, lo que supone un uso más intensivo de la CPU. Eso se traduce en un mayor consumo de batería que, si bien no es exagerado, puede suponer un ligero problema si tenemos la batería más degradada de la cuenta.

Si eso que has hecho con Instagram lo haces con todas las aplicaciones que uses a menudo, como WhatsApp, Facebook, YouTube, Gmail, Chrome, etc., multiplicarás ese consumo. Así pues, cerrar aplicaciones tiene sentido siempre y cuando lo hagas con las que no suelas usar (un juego, por ejemplo).

Cuando abres una aplicación de cero, el sistema la carga por completo CPU mediante, lo que genera un consumo mayor de batería
Es más eficiente en términos energéticos acceder a una aplicación que está "guardada" en la memoria RAM que reabrirla por completo. Después de todo, esa es la función de la memoria RAM. No todas las aplicaciones en segundo plano consumen una cantidad excesiva de RAM o recursos, por lo que cierra solamente las que sí lo tengan.

Hay cosas que puedes hacer si quieres un control más exhaustivo
Y no hablamos de instalar optimizadores de memoria RAM. Como ya habrás dilucidado, son completamente inservibles puesto que cierran procesos en segundo plano, procesos que Android entiende que son importantes y que volverá a abrir nada más cerrarlos, generando un consumo extra de CPU y, por lo tanto, de batería.

Mediante este acceso se puede restringir el uso de datos en segundo plano de las aplicaciones.
Android permite aplicar optimizaciones de batería desde los ajustes. Para ello, accede a Ajustes > Aplicaciones, busca la que quieras optimizar y asegúrate de que la opción esté marcada. Eso hará que Android gestione su funcionamiento en segundo plano como mejor convenga al sistema operativo en ese momento. También puedes desmarcar la opción si no quieres que lo haga. En WhatsApp, por ejemplo.

Otra cosa que puedes hacer es restringir el uso de datos en segundo plano. Ve a Ajustes > Aplicaciones > Uso de datos y desactiva la casilla "Datos en segundo plano". De esa forma, si tienes una aplicación que consume más datos de la cuenta, dejará de hacerlo y ahorrarás algunos megas al cabo del mes.
 
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